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Suscribirme- Fortalecimiento de la confianza y la transparencia: La existencia de un marco ético claro y obligatorio para árbitros, secretarios y demás actores del proceso arbitral refuerza la confianza de las partes en la integridad y transparencia del procedimiento. Esto es esencial para la legitimidad del arbitraje como método de resolución de controversias.
- Armonización con estándares internacionales: El nuevo Código del CAM Santiago se suma a la tendencia global de las principales instituciones arbitrales, que han adoptado códigos de ética o directrices similares.
- Claridad en los deberes y responsabilidades: Establece de manera precisa los deberes de independencia, imparcialidad, revelación de conflictos de interés, competencia profesional y diligencia, entre otros. Esta claridad previene conductas indebidas y promueve la actuación responsable de los árbitros y secretarios, asegurando procesos más justos y eficientes.
- Protección de la buena fe y la integridad: Al exigir la prevención, corrección y sanción de conductas ilícitas o contrarias a la buena fe, contribuye a la consolidación de una cultura de integridad y responsabilidad institucional.
- Procedimientos sancionatorios eficientes: La regulación detallada de las infracciones y sanciones, junto con un procedimiento sancionatorio ágil y garantista, permite abordar de manera efectiva las conductas incompatibles con las buenas prácticas, protegiendo la reputación del sistema arbitral y de sus integrantes.
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