El sector de la inversión alternativa está experimentando un crecimiento importante en nuestro país. Entre los vehículos existentes en nuestro ordenamiento, se encuentran las sociedades de capital-riesgo ("SCR") y las sociedades de inversión colectiva de tipo cerrado ("SICC"), que, conforme a la Ley 22/2014, deben adoptar la forma de sociedad anónima. Sin embargo, el régimen actual de las sociedades anónimas plantea rigideces e ineficiencias al funcionamiento que deben tener estos vehículos de inversión.
Este trabajo analiza tales ineficiencias y sus posibles mejoras, y plantea la posibilidad de que las estructuras societarias de corte comanditario sean formas alternativas para este tipo de vehículos.
Revista de Derecho del Mercado de Valores, n.º 24/2019 (enero).